jueves, 24 de marzo de 2011

Capítulo 6: Alineación

Deneb nunca imaginó terminar aquella noche de esa forma. Caminó por las calles de la ciudad hasta la pastelería en donde había acordado encontrarse con Crucis, pero éste no estaba ahí. Deneb esperó diez minutos y en vista que su amigo no aparecía le llamó a su móvil. Crucis se disculpó pero no estaba en condiciones de salir, sin embargo le dio las instrucciones para llegar a su departamento. El muchacho no era un gran fanático de las caminatas nocturnas, pero ese barrio era muy tranquilo y eso lo aliviaba mucho. Después de varios minutos y de subir en ascensor hasta el piso de Crucis, buscó  el 670 en la puerta y cuando dio con el, miró el tapete y bajó el encontró la llave, tal y como Crucis le había indicado.
Apenas abrió la puerta Deneb evidenció el espacioso lugar y como había muchas cajas a medio empacar. Se dejó guiar por una fuerte ráfaga de viento y llegó hasta la terraza, donde Crucis estaba acurrucado. Deneb se acercó hasta su amigo, se sentó a su lado y le permitió que se recostara en sus muslos, ahí permanecieron en silencio por casi una hora, mientras Crucis sollozaba. Parecía que la muerte de su novia aún no era un teme superado y Deneb no sabía cómo podría ayudarlo, pero imaginaba que su presencia ya era algo.
- Me hace tanta falta Mintaka- murmuró Crucis entre sollozos- Ella debió esperarme- agregó, dejando desconcertado a Deneb.
-¿Esperarme?- preguntó Deneb con extrañeza.
- Habíamos acordado quitarnos la vida juntos- reveló Crucis, helando a su amigo.
-Pero, ¿Por qué?- inquirió Deneb más preocupado en satisfacer su curiosidad que el bienestar de Crucis- si ustedes eran perfectos- agregó.
- En apariencia lo éramos, pero tanto ella como yo ocultábamos un secreto- respondió Crucis.
-¿Ser gays?- concluyó Deneb, haciendo que Crucis levantara su cabeza rápidamente.
-¿Lo sabías?- preguntó rápidamente, mientras secaba sus ojos.
-Bueno, sólo uní cabos, en nuestros tiempos de estudiantes ni lo sospechaba- respondió Deneb.
-Pues, yo hace muy poco que empiezo a asumirlo, me ha costado muchísimo, en parte quiero honrar a Mintaka, que parecía estar más clara en todo y finalmente sucumbió a sus temores- señaló Crucis.
-De haberlo sabido antes, podrían haber contado conmigo- manifestó Deneb, llevando su mano hasta la mejilla de Crucis, que le sonrió.
-Mintaka te estimaba mucho, varias veces nos entreteníamos charlando sobre ti y lo divertido que nos parecías- señaló Crucis- Ella era tan especial, nunca pudo superar el amor que sentía por Alnitak la mezzosoprano del instituto Francés, ellas iban y venían en su relación, pero esa semana habían terminado por vez definitiva- agregó.
-Alnitak, la recuerdo, la chica que cantó para el aniversario del instituto en último año- recordó Deneb.
-Ella misma, al final tuvo un noviazgo con el ayudante del profesor de coro- añadió Crucis.
-También recuerdo haber oído eso como rumor- dijo Deneb, tocando accidentalmente la mano de Crucis, que lejos de molestarse, la apretó con mucha fuerza, mientras se generaba un silencio opacado por el escaso ruido de la adormecida ciudad.
Crucis se incorporó y al hacerlo quedó en una posición cercana a los labios de Deneb. Ambos muchachos seguían sin saber que decir, Crucis ya había secado sus lágrimas y cerrando sus ojos se abalanzó a los labios de Deneb, quien impresionado esquivó el beso echándose atrás, terminando con Crucis sobre él.
-Disculpa, ¿He hecho algo indebido?- preguntó Crucis, preocupado.
-Para nada,  al contrario, si hasta me pregunto si esto podría ser un sueño- respondió Deneb besando a Crucis, girándose para quedar sobre él.  Los besos se mezclaban con las sonrisas incrédulas de ambos muchachos, que siempre se desearon sin haberlo comentado.
Crucis se levantó  y tendió la mano a Deneb para que hiciera lo mismo,  tomados de la mano avanzaron por el departamento hasta llegar a la habitación de Crucis, igual de grande que el resto del departamento, igual de desmantelada, con cajas tiradas en todos lados. Crucis se quitó su ropa, Deneb hizo lo mismo  y se tumbaron en la cama.
-¿Es esto real?- preguntó Deneb.
-Lo es- señaló Crucis, perdiendo algo de la chispa que la pasión le había otorgado.
-¿Qué sucede?- dijo  Deneb acariciando la mejilla de su amigo.
-Me aterra esto, créeme que también lo soñé, pero ¿ y si se vuelve una pesadilla?- comentó Crucis al borde del llanto.
-Ey, no generes versiones terribles del futuro, piensa en finales felices, ¿y si esto se vuelve la historia de amor más bella de la historia?- señaló Deneb con tono de broma que logró su objetivo, hacer sonreír a Crucis. Acto seguido lo besó  tiernamente, sólo posó  sus labios en los de Crucis y  sintió  como si mucho antes ya hubiese vivido aquello. Recordó ese extraño sueño regresando del concurso, en donde Crucis lo besaba.
-¿Y ahora qué pasó?- inquirió Crucis al notar que Deneb se quedaba callado.
-Nada, es que tuve un Déjà vu o algo así- señaló Deneb.
-¿Cómo?, ¿explícame?-  dijo Crucis interesado.
-No sé, me pareció que ya te había besado, o que lo había soñado, algo así-  respondió Deneb.
-Entiendo, bueno, yo te robé un beso en el instituto- confesó Crucis haciendo que Deneb abriera sus ojos de la sorpresa.
-De regreso del concurso, en el bus, fue un impulso, tú dormías, me sentí tan culpable que jamás lo comenté- reveló el muchacho.
-¡Esto es una verdadera locura!, pero no sabes cuánto  me encanta,  es el cuento de hadas que siempre esperé- señaló eufórico Deneb tumbándose sobre Crucis y besando efusivamente sus labios, su cuello, su pecho, su abdomen y llegando a su sexo.  Ambos recorrieron sus cuerpos hasta deshacerse en sudor y conseguir tocar el cielo con las manos.
La mañana los encontró tumbados en la cama, abrazados, desorientados.
-¿Qué hemos hecho?- preguntó Crucis.
-¿El amor?- contra preguntó Deneb, besando al muchacho.
-Nunca antes había tenido sexo con otro hombre- reconoció Crucis.
-¿Y estar de novio?- inquirió Deneb.
-Tampoco- aseguró.
-Y ya que incursionaste en la primera, ¿no te gustaría intentar la segunda?- dijo Deneb risueño.
-¿Es una propuesta?- apuntó Crucis.
-Por supuesto, bobo ¿quieres ser mi novio?- expuso Deneb.
-sí, quiero- dijo sonriendo Crucis y abrazando a Deneb.

-¡Esa sonrisa la conozco, no puede ser más que de una noche de polvos!- exclamó  Dubhe cuando se encontró con  su amigo en el campus.
-Suena algo burdo, pero no te equivocas, estás frente a un chico comprometido- respondió Deneb sin detener el paso hacia la biblioteca.
-¡NO!, o sea que adiós oportunidad de un revolcón entre nosotros, ya sabía yo que este plan de amigo terminaría por opacar cualquier oportunidad de follar, que tu eres muy señorito- bromeó Dubhe mientras abrazaba a su amigo y caminaba junto a él- Además, ahora tendré que buscarme pareja para la fiesta en el club- agregó dando un palmetazo en la nuca de Deneb.
-¡Se me había borrado de la mente aquello, ¡pero ya encontrarás alguien con quién salir, si pretendientes te sobran!- dijo Deneb.
-Sí, pero yo quiero carne fresca, no chicos con los que ya haya cogido, además, irá Canopo y su novio y tú con el tuyo, no quiero tocar el violín a los enamorados- masculló Dubhe.
-Tranquilo, verás como algo surge y la pasamos bien- dijo Deneb devolviendo el golpe a Dubhe y perdiéndose entre el mar de estudiantes que a esa hora transitaba por la universidad.

Continuará.